martes, 24 de enero de 2012

Kepa, una perra con suerte


Esta es la historia: Kepa es una perrita con suerte porque la encontró mi tío corriendo por la carretera de la Isla de la Gomera.

Mi tío conducía su coche y vio a una perra corriendo. Paró el coche para ver si la perra tenía dueño, pero cuando se dio cuenta la perra se había subido al coche y mi tío se la llevó a su casa.

Al día siguiente, mi tío empezó a poner carteles con fotos de la perrita para ver de quién era. Encontró a una persona que conocía a los dueños, para ese entonces mi tío le puso el nombre de Kepa a la perrita.

Cuando les llevó la perra a los dueños ellos le dieron las gracias pero le dijeron que se la podía quedar.

Ahora mi tío tiene una compañera que va con él a hacer senderismo. En los paseos con Kepa por el campo, mi tío lleva un antídoto inyectable porque hay muchas plantas venenosas y a Kepa le gustan justo las más venenosas. Las más comunes son las setas venenosas. La intoxicación por setas se produce como consecuencia de la ingestión de setas tóxicas, que es un peligro común para los perros debido a la cantidad de tiempo que pasan al aire libre o en áreas boscosas, sobre todo en el verano y el otoño.

Hace cuestión de 2 semanas fuimos de vacaciones a la Isla de Gomera.  En esa semana le pasó algo curioso a mi tío y a Kepa. Uno de los días se fueron a hacer senderismo. Mi tío vigilaba atentamente a Kepa y de repente Kepa empezó a tambalearse y a no poder caminar muy bien, orinaba unas gotitas… parecían síntomas de intoxicación. Mi tío la vio la llevo al coche y le puso el antídoto pero Kepa  seguía igual. La llevó a casa y como la perra no mejoraba, llamaron al veterinario y le conóo los síntomas que tenia Kepa. El veterinario, que vive en Tenerife, le dijo que la llevara.

Después de pasar un día en observación, el veterinario tranquilizó a mi tío diciéndole que Kepa estaba mejor, que sus analíticas eran correctas y que lo que le podía haber pasado era que se hubiera comido una seta alucinógena, así que la perrita no se había  envenenado: ¡estaba alucinando! Cuando nos lo contó mi tío todos respiramos tranquilos… ¡esta Kepa!            

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