domingo, 4 de septiembre de 2011

RON


Ron y yo
Hoy le toca al presente:  Ron
Ron es un labrador de año y medio al que conocí hace seis meses por  intermedio de una veterinaria en la que dejé mis datos y a la que acuden los dueños de Ron cuando se pone “malito”.
Cuando fui a verlo, Ron era un perro muy hiperactivo, con mucha energía. Sus dueños me contaron cómo llegó Ron a sus vidas y me quedé asombrado. Los dueños de Ron habían tenido pastores alemanes. Me contaron que hacía poco se les había muerto un pastor alemán y una amiga tenía cachorros de labrador y que les regaló uno.  Yo creo que debe pasar un tiempo entre la muerte de un perro y la adopción de otro para que la pena, las frustraciones y la culpa, en ocasiones, no se vuelquen en su nueva mascota.
Los dueños de Ron me fueron contando todos los problemas que tenían y todo lo que le habían consentido cuando era cachorro, así  que a partir de ese momento les expliqué que el problema eran ellos  porque no sabían que era un perro y que lo trataban como una persona y que le daban premios por todo lo que hacía. No sabían cómo pasear con Ron sin que tirara de la correa e iba por donde a él le apetecía. Después de escuchar todo lo que me contaron les pregunté si estaban dispuestos a hacer todo lo que yo les enseñara, me dijeron que sí. Empecé por los paseos porque en ese momento era el problema que más les preocupaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario